
La Iglesia hoy celebra la Pascua de Laura Vicuña esta joven niña que a pesar de su corta edad, poseía una gran madurez en la vida, lo cual le permitió conocer los problemas de su madre y notar cuán alejada estaba de Dios. Esto la motivó a rezar todos los días por su conversión. Un día, y recordando la frase de Jesús: "No hay muestra de amor más grande que dar la vida por sus amigos", Laura opta por entregar su vida a cambio de la salvación de su madre. Este ruego fue escuchado y a los pocos meses cayó enferma, empeorando su salud conforme avanzaba la enfermedad.
Muero, yo misma se lo pedí a Jesús, hace dos años que ofrecí mi vida por ti, para pedir la gracia de tu conversión, Mamá, antes de morir ¿tendré la dicha de verte arrepentida?.
Te juro, que haré lo que me pides, ¡Dios es testigo de mi promesa!.
¡Gracias, Jesús!, ¡Gracias, María!, ¡Adiós, Mamá!, ¡Ahora muero contenta!".
Que la oración continua nos permita vivir una vida santa al interior de nuestras familias para que la paz y la armonía así como el respeto sean el fundamento de nuestros hogares.
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