
Estamos nerviosos. Ante cualquier ruido reaccionamos con temor; miramos constantemente hacia arriba; tenemos la sensación que nos movemos constantemente y tenemos muchas ganas de llorar, la angustia parece superarnos. Es el tiempo de abrazarnos, el tiempo de acogernos.
Te invito a unirte a la cruzada “Mi abrazo para ti” hagamos una enorme cadena de abrazos donde cada vez que saludes a alguien reemplaces ese beso por un fuerte abrazo que acoja al otro, un abrazo que reconforte, que proteja, un abrazo de hermandad que sea un impulso que nos motive a sonreír y a sentirnos acompañados. Luego de una réplica abraza con cariño a quien esté a tu lado y dale seguridad. Nuestros ancianos y nuestros niños son los más afectados.
Yo te abrazo; tú me abrazas; ABRACÉMONOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios