Son muchos los rostros que nos ha revelado esta tragedia, sin embargo, son los ancianos y los niños quienes tras sus devastadoras experiencias nos han dado los signos más fehacientes sobre qué mueve al ser humano, una fortaleza interior capaz de soportarlo todo, una inocencia que emociona y, la plena convicción que siempre, no importa después de qué, siempre hay que salir adelante y volver a empezar.
20100310
ROSTROS DE UNA CATASTROFE
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