En este día de San José Obrero un saludo a todos los trabajadores de Chile, desde el que trabaja en la gran urbe llamada Santiago rodeado por la tecnología y los adelantos pero apartado de las cosas simples, hasta el trabajador que lo hace en el lugar más recóndito de este país alejado de las comunicaciones y la tecnología, pero en contacto con la madre tierra.
Hagamos oración y reflexión por quienes han perdido sus fuentes de trabajo debido al gran terremoto que afectó a nuestro país; por quienes dirigen el trabajo de otros para que lo hagan siempre con justicia y reconocimiento; por las mujeres dueñas de casa que muchas veces en el anonimato y la falta de valoración sacan adelante a sus familias; por quienes redoblan sus esfuerzos para obtener un mejor sueldo y por quienes se ponen al servicio de un hermano y lo hacen con entusiasmo y alegría.
Que Dios bendiga nuestros puestos de trabajo para que sean fuente de alegría, conocimiento y satisfacción.
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