
Recuerda que:
Dios no te preguntará qué modelo de auto usabas; te preguntará a cuánta gente llevaste.
Dios no te preguntará cuál era tu título; te preguntará si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.
Dios no te preguntará cuántos amigos tenías; te preguntará cuánta gente te consideraba su amigo.
Dios no te preguntará en qué vecindario vivías; te preguntará cómo tratabas a tus vecinos.
Dios no te preguntará el color de tu piel; te preguntará por la pureza de tu interior.
Del libro “Cuestión de Actitud”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios