20100705

REFLEXIONES QUE ACOMPAÑAN

Recuerda que:

Dios no te preguntará qué modelo de auto usabas; te preguntará a cuánta gente llevaste.

Dios no te preguntará los metros cuadra­dos de tu casa; te preguntará cuánta gente reci­biste en ella.

Dios no te preguntará la marca de la ropa en tu armario; te preguntará a cuántos ayudas­te a vestirse.

Dios no te preguntará cuán alto era tu suel­do; te preguntará si vendiste tu conciencia para obtenerlo.

Dios no te preguntará cuál era tu título; te preguntará si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.

Dios no te preguntará cuántos amigos tenías; te preguntará cuánta gente te consideraba su amigo.

Dios no te preguntará en qué vecindario vivías; te preguntará cómo tratabas a tus veci­nos.

Dios no te preguntará el color de tu piel; te preguntará por la pureza de tu interior.

Del libro “Cuestión de Actitud”

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