

Cuando la señora Liva me comentó sobre este artículo y la despedida de las Hermanas de Maryknoll de Chile, una avalancha de recuerdos y sentimientos saturó mi corazón. Lo primero que recordé fue “Maryknoll Sisters – Making God’s love visible”, Hermanas Maryknol – Haciendo el amor de Dios visible. Una frase de incalculable profundidad, que resume una labor maravillosa llevada a cabo por mujeres que crearon redes de protección y entrega, de la mano de increíbles testimonios de fe y de amor.
La Hermana Hellen Carpenter, una mujer optimista, sonriente, gran bailarina, una mujer integral, llegó a nuestro sector parroquial un Domingo de Ramos del año 1982, en compañía de la Hermana Leonor Doiron Q.E.P.D. (Hermanita Leo), una mujer menuda, de gran simpleza y sonrisa contagiosa. Se instalaron en un espacio del patio exterior de nuestra parroquia, que daba directo a la calle, con una hermosa casita pre-fabricada. En el año 1986 fundaron la Casa Malén, destinada al desarrollo integral de la mujer.
En el año 2003, y por motivos de salud, la Hermana Leonor debe regresar a EE UU. quedando la Hermana Hellen sola algunos años, preocupándose por mantener en funcionamiento la Casa Malén.
En el año 2006 llegó a vivir con ella la Hermana Mary Tracy, y en abril del 2007 lo hizo la Hermana Norma Valdemoro. Ambas rápidamente se integraron al quehacer parroquial.
La Hermana Norma tomó la asesoría de la pastoral Ayuda Fraterna, ganándose rápidamente el cariño de todos por su dulzura y humildad. Bajo su asesoría comenzaron los talleres gratuitos de manualidades que funcionan hasta el día de hoy. Debió regresar a EE UU por motivos de salud.
La Hermana Mary se dedicó a la asistencia de enfermos, ancianos y personas postradas. Recorre a diario nuestro sector visitando y acompañando; orientando a las personas sobre qué hacer o dónde dirigirse; acompañándolos muchas veces en estos trámites o haciéndolos ella misma. En equipo con el Párroco y Secretaria de la parroquia colabora detectando casos que son comunicados a Fundación Manos Abiertas, organismo que atiende generosamente a nuestra parroquia, proveyendo de sillas de ruedas a personas postradas.
La Hermana Hellen entró a la congregación el 27 de septiembre de 1953. Profesó en 1956. Sus votos perpetuos se realizaron en Nueva York, cuando trabajaba como profesora en el Barrio Chino, el 07 de marzo de 1962. Llega a Chile en el año 1964.
La Hermana Mary entró a la congregación en el año 1957, profesó en 1960 y sus votos perpetuos fueron en 1966. Llegó a Chile en 1970.
De la Hermana Norma sabemos poco. Nació en Filipinas, estudió contabilidad y después de trabajar nueve años en su profesión decidió entrar a la congregación. Estuvo en Chile más de 25 años; dedicándose en gran parte al trabajo social. Estuvo en la Parroquia San Luis Beltrán de Pudahuel Sur, Otros años en la Pincoya, y el último tiempo en nuestra parroquia en Lo Prado.
A principios de Noviembre terminaron con la Casa Malén, y a fines de Noviembre, por problemas de salud, ambas religiosas dejan definitivamente nuestro país.
Por años fuimos testigos del potente y silencioso testimonio de mujeres que dejaron su tierra para dar su vida entera por otros seres humanos, y es aquí donde se hace más real que nunca aquello que no hay amor más grande que el que da la vida por un hermano. Sabemos que sus oraciones estarán siempre con nosotros y nuestras oraciones con ellas; que el recuerdo y los afectos quedan en las fibras más profundas del corazón y que el amor que un día las trajo, hoy las lleva de regreso a casa, con la certeza de haber dejado un rincón del mundo un poquito mejor.
La Hermana Hellen Carpenter, una mujer optimista, sonriente, gran bailarina, una mujer integral, llegó a nuestro sector parroquial un Domingo de Ramos del año 1982, en compañía de la Hermana Leonor Doiron Q.E.P.D. (Hermanita Leo), una mujer menuda, de gran simpleza y sonrisa contagiosa. Se instalaron en un espacio del patio exterior de nuestra parroquia, que daba directo a la calle, con una hermosa casita pre-fabricada. En el año 1986 fundaron la Casa Malén, destinada al desarrollo integral de la mujer.
En el año 2003, y por motivos de salud, la Hermana Leonor debe regresar a EE UU. quedando la Hermana Hellen sola algunos años, preocupándose por mantener en funcionamiento la Casa Malén.
En el año 2006 llegó a vivir con ella la Hermana Mary Tracy, y en abril del 2007 lo hizo la Hermana Norma Valdemoro. Ambas rápidamente se integraron al quehacer parroquial.
La Hermana Norma tomó la asesoría de la pastoral Ayuda Fraterna, ganándose rápidamente el cariño de todos por su dulzura y humildad. Bajo su asesoría comenzaron los talleres gratuitos de manualidades que funcionan hasta el día de hoy. Debió regresar a EE UU por motivos de salud.
La Hermana Mary se dedicó a la asistencia de enfermos, ancianos y personas postradas. Recorre a diario nuestro sector visitando y acompañando; orientando a las personas sobre qué hacer o dónde dirigirse; acompañándolos muchas veces en estos trámites o haciéndolos ella misma. En equipo con el Párroco y Secretaria de la parroquia colabora detectando casos que son comunicados a Fundación Manos Abiertas, organismo que atiende generosamente a nuestra parroquia, proveyendo de sillas de ruedas a personas postradas.
La Hermana Hellen entró a la congregación el 27 de septiembre de 1953. Profesó en 1956. Sus votos perpetuos se realizaron en Nueva York, cuando trabajaba como profesora en el Barrio Chino, el 07 de marzo de 1962. Llega a Chile en el año 1964.
La Hermana Mary entró a la congregación en el año 1957, profesó en 1960 y sus votos perpetuos fueron en 1966. Llegó a Chile en 1970.
De la Hermana Norma sabemos poco. Nació en Filipinas, estudió contabilidad y después de trabajar nueve años en su profesión decidió entrar a la congregación. Estuvo en Chile más de 25 años; dedicándose en gran parte al trabajo social. Estuvo en la Parroquia San Luis Beltrán de Pudahuel Sur, Otros años en la Pincoya, y el último tiempo en nuestra parroquia en Lo Prado.
A principios de Noviembre terminaron con la Casa Malén, y a fines de Noviembre, por problemas de salud, ambas religiosas dejan definitivamente nuestro país.
Por años fuimos testigos del potente y silencioso testimonio de mujeres que dejaron su tierra para dar su vida entera por otros seres humanos, y es aquí donde se hace más real que nunca aquello que no hay amor más grande que el que da la vida por un hermano. Sabemos que sus oraciones estarán siempre con nosotros y nuestras oraciones con ellas; que el recuerdo y los afectos quedan en las fibras más profundas del corazón y que el amor que un día las trajo, hoy las lleva de regreso a casa, con la certeza de haber dejado un rincón del mundo un poquito mejor.
Ojala seamos dignos herederos de sus enseñanzas y no olvidemos nunca a quienes nos enseñaron que “The Rainbow Begins in the West” – “El arco iris comienza al poniente".
Con cariño y gratitud Parroquia San Gabriel
Con motivo de la partida de las Hermanas, se invita a la comunidad a despedirlas en la Misa de 20:00 horas en nuestra sede parroquial, el próximo Viernes 26 de Noviembre.
Con cariño y gratitud Parroquia San Gabriel
Con motivo de la partida de las Hermanas, se invita a la comunidad a despedirlas en la Misa de 20:00 horas en nuestra sede parroquial, el próximo Viernes 26 de Noviembre.
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