20110419

CÓMO LIMPIO SUS HERIDAS?

¿Cómo limpio sus heridas?. Aquella primera herida de Corazón que estando en el Huerto de los Olivos, sabiéndose traicionado, y consciente del tipo de muerte que le esperaba decía: "Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya".

¿Cómo quito de su Piel Sagrada el beso traidor? ¿el golpe burlón, los crueles latigazos? ¿la corona que hirió su Cabeza Sagrada? ¿los golpes de tantas caídas? ¿los clavos que traspasaron sus Manos y Pies Sagrados? ¿la herida abierta por la lanza?

Sí, limpiaré sus heridas, lo haré: Limpiaré sus heridas en el Huerto de los Olivos, siendo leal. Las limpiaré amándolo por los que no le aman, rindiéndole honores y adoración por los que no lo hacen, siguiendo y cumpliendo su Santa Voluntad aunque ésta se vuelva difícil.

Quitaré el beso traidor, los golpes burlones y los crueles latigazos, siendo fiel a su Amor, respondiendo fielmente a su llamada, evitando herir a los demás, sacando de mi actuar los besos traidores que he dado y los crueles latigazos que he dado al ya humillado.

Sacaré la Corona de espinas que hiere su Cabeza Sagrada, alejando los malos pensamientos, los rencores, las envidias, las mentiras, el odio y el orgullo…

Honraré su Cuerpo en la Cruz, haciendo de mi cuerpo un verdadero Templo de Dios: cuidando que mi lengua no sea un medio de críticas, difamaciones y mentiras, guardando silencio para no herir.

Con mis ojos, miraré las maravillas que Dios creó para mí, mirando la pureza, la inocencia de los niños, mirando la grandeza del mar, los colores hermosos del universo... admirando lo que otros hacen sin envidias y evitando mirar lo que daña mi alma…..

Escucharé el canto de los pájaros, la melodía del mar, los sonidos musicales más hermosos, las palabras que edifiquen; Evitaré escuchar las mentiras y las palabras dichas para destruir a un hermano.

Llenaré mi corazón de Amor, recibiéndolo en la Sagrada Eucaristía, uniéndome siempre a Él por medio de la oración. Así sanaré las heridas de su Corazón.

Y cuando caiga, sabré levantarme, consciente de mi pecado y de la Infinita Misericordia de mi Señor. Actuaré sabiendo que él todo lo sabe y todo lo ve. Ve y sabe lo que oculto a los demás, lo que he inventado de otros, las humillaciones que he hecho a otros, mis malas acciones…. Siempre recordaré que cuando nadie me ve y cuando nadie me escucha, él está ahí y en algún momento me lo hará saber.

Perdóname, Señor, por las veces en las que no he sido amor y he contribuido en ser para Ti: latigazo, corona de espinas, beso traidor y palabra hiriente…

Sé que desde esa cruz esperas cambios en mi y que sólo aumento tu sufrimiento cuando no dejo que concretes tu obra en mi corazón. Ayúdame a limpiar tus heridas con un simple cambio en mi actitud.

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