20091127

MARIA DISCIPULA DE LA VIDA

La reflexión que queremos compartir en este día es sobre el valor que tiene la vida para mí, qué sentido le doy a mi propia vida, cuido mi cuerpo y cultivo mi espíritu para que mi vida sea mejor, y qué valor le doy a la vida de mis hermanos. Acojamos este llamado a valorar cada segundo de vida como el más preciado tesoro.

Viernes 27 de Noviembre de 2009

“María, discípula de la Vida”

1.- Motivación

Al continuar destacando algunas características de la espiritualidad del discipulado a la luz del testimonio de María, hoy queremos resaltar su amor por la vida, el respeto y la valoración por la vida que viene de Dios, que es fuente de vida.

María, como joven madre, se muestra discípula de la vida. Por el camino de la vida caminan con esperanza tantos muchachos y muchachas que buscan un sentido para su joven existencia. Por eso también nuestra palabra de aliento y esperanza va dirigida a muchos jóvenes que se ven sin un horizonte y sentido de vida.

2.- Palabra de Dios (Jn 14,5-7)

Jesús se presenta a sus discípulos como el camino, la verdad y la vida. La vida de la joven de Nazaret es justamente el testimonio de la discípula que recorrió y acogió la vida en su corazón. Escuchemos este hermoso relato:

Tomás le dijo: “Señor, nosotros no sabemos adonde vas ¿Cómo vamos a conocer el camino? Jesús contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocen a mí, también conocerán al Padre. Pero ya lo conocen y lo han visto.

¿Qué signos demuestran mi respeto por la vida?

¿Qué acción concreta podríamos hacer para demostrar el aprecio que tenemos por la vida?

3.- Oración

“Virgen embarazada,

Señora de los nueve meses,

Madre de la tierna espera,

necesitamos recibir al Hijo de tus entrañas,

necesitamos que tú lo des a luz

para que pueda caminar entre nosotros.

Caminamos con paso firme por la vida

y soportamos con valor las dificultades,

porque sabemos que Jesús, Hermano nuestro,

viene a habitar en esta tierra.

Madre de nuestra esperanza,

Virgen del silencio y del consuelo,

¡Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús!

Amén”.

(P. Miguel Ortega).

4.- Un momento con María

La necesidad de construir el propio futuro y el anhelo de encontrar razones para el sentido de la vida pueden poner en movimiento el deseo de encontrarse con otros y compartir la vida con los demás (D.A. N° 53).

La Virgen María acogió una nueva vida en su regazo. Se preparó para recibirla en su corazón. Y nosotros, jóvenes de vida plena ¿nos estamos preparando para recibir la vida que vendrá cuando seamos padres? ¿De que forma nos estamos preparando para acoger la vida?

5.- Vivieron su Cariño a Maria

Santa Teresa dijo: “Nació en mi alma una devoción muy grande a mi madre, la Santísima Virgen. Mi hermano me dio esta devoción con la que he estado y estaré hasta mi muerte. Le contaba todo lo que me pasaba, y ella me hablaba. Sentía su voz, clara. Ella me aconsejaba y me decía lo que debía hacer para agradar a Nuestro Señor”.

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