20091102

UNA MISIÓN ESPECIAL











Desde niña tuve la certeza que las personas que confeccionaban cosas con sus manos eran especiales, y que se convertían en seres extraordinarios cuando esas cosas nos permitían ponernos en contacto con Dios. Para la consagración de la nueva parroquia, el 4 de Noviembre de 2007, se nos regaló a cada uno un rosario tan sencillo como hermoso, el cual llevo conmigo diariamente en mi cartera junto al rosario misionero regalado por mi madre. Aquel día aunque no lo crean esa tarea tan humilde pero tan llena de amor, tuvo para mí por primera vez rostro, bueno ahora, comprendo que tiene muchos rostros, sin embargo, ese día tenía el rostro de una mujer muy especial. Una mujer que va enseñando una de las labores quizás más hermosas, confeccionar uno de los más grandes tesoros de la Iglesia.

Han pasado unos años desde aquel momento y es precisamente quien nos regaló tan fastuoso presente quien hoy ha enseñado a un grupo de personas de esta comunidad a realizar esta labor tan humilde pero de inmensa trascendencia. Estos Rosarios que son elaborados en nuestra comunidad constituirán nuevos jardines de rosas llenas de amorosas repeticiones de invocaciones a Nuestra Señora, a Dios Padre y a la Santísima Trinidad. De hecho, el gran santo San Luis de Montfort dice que "el Rosario es un rosal espiritual venido del cielo que debemos sembrar en el jardín de nuestra alma".


Permítanme a través de estas líneas agradecer en la persona del Padre Alejandro a su Señora Madre por hacer participes a personas de esta comunidad de tan hermosa labor.

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